Antes del vuelo
1. Infórmese. Si en los próximos días tomará un vuelo, en lugar de dedicar su tiempo a pensar en lo mal que lo pasará mejor ocúpese en informarse sobre qué es realmente volar en avión. Averigüe sobre cómo vuelan los aviones, la gran cantidad de horas de mantenimiento y revisiones en profundidad a las que se someten, las muchas horas de vuelo que deben tener los pilotos para pilotar en líneas comerciales, o lo improbable que son los accidentes aéreos. En internet encontrará numerosos ejemplos sobre las escazas probabilidades de tener un problema en su vuelo que seguramente le tranquilizarán, así como datos prácticos que pueden ayudarle. Por ejemplo:
Las turbulencias son normales y comunes. Los aviones están preparados para enfrentar turbulencias extremas y si se tienden a evitar es porque son molestas, no porque representen algún peligro para los pasajeros.
Los aviones están preparados para volar en tormentas eléctricas. Es más, la estructura del avión puede soportar rayos al actuar como una caja de Faraday.
Es normal que las alas se muevan durante el vuelo. También es normal que parte de ellas se levanten o arrastren hacia abajo, y no es que se desprendan trozos. Son los flaps y son parte fundamental del funcionamiento del avión.
En el improbable caso que falle un motor, los aviones pueden volar y aterrizar perfectamente con uno sólo.
2. Selección del asiento. Se recomienda seleccionar un asiento en el pasillo para evitar el vértigo que puede provocar mirar por la ventanilla. Por otra parte, el ruido de los motores es algo mayor en los asientos de la parte posterior del avión, por lo que es mejor evitarlos y sentarse desde la mitad hacia adelante. En internet es posible informarse sobre los números de filas de cada avión de la mayor parte de las aerolíneas.
3. Llegue al aeropuerto con suficiente anticipación. Esta recomendación apunta a dos objetivos. El primero es que usted tenga tiempo de “acostumbrarse” a la situación, a familiarizarse con todo lo que le rodea y al entorno. El segundo es evitar el nerviosismo o estrés adicional que se genera al llegar con prisas al aeropuerto.
Al momento de volar
4. Evite beber café o alcohol antes de embarcar. Estas bebidas pueden excitarle en algún grado y, por ende, aumentar la ansiedad.
5. Lleve consigo algo para distraerse. Puede ser una revista o libro que de verdad le interese, o bien una serie, película o juegos en su móvil u ordenador. Existen, además, múltiples aplicaciones desarrolladas para ayudar a quienes sufren de miedo a volar y que le distraen precisamente durante el despegue o aterrizaje.
6. Dese un gusto. Lleve con usted algo especial de comer que le guste mucho y tómelo como un premio que puede disfrutar. Saboree cada bocado y concéntrese en lo bueno que está.
7. Practique técnicas de relajación. Si está nervioso intente inspirar lentamente contando hasta 5, luego aguante la respiración contando hasta 5, luego espire nuevamente contando hasta 5, y repita esto las veces que sea necesario. También puede intentar entablar conversación con su compañero de asiento.
Aunque poco frecuentes, existen también casos de miedo extremo a volar o aerofobia. Para quienes lo sufren también hay esperanza: el problema puede solucionarse con la ayuda de expertos. Existen tratamientos psicológicos que un profesional puede brindarle, así como cursos para perder el miedo a volar impartidos por pilotos y psicólogos. Si este es su caso, anímese a enfrentar el miedo y a buscar ayuda de profesionales.